Frase del día

jueves, 3 de enero de 2013

Jesús de Nazareth

A.·.L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.


Valle de Asunción, 11 de setiembre de 2012 e.·.v.·.

V.·. M.·.
1º.·.VIG.·.
2º.·.VIG.·.
QQ.·.HH.·.

Título: Realmente existió Jesús?

Mis QQ.·.HH.·. antes que nada quisiera aclarar que, lo que me impulsa a realizar esta plancha es la búsqueda de un sustento histórico del paso por nuestro planeta de, si es que existió, una de las personas más influyentes que conoció la humanidad. Bajo ningún motivo busco desprestigiar, juzgar ni siquiera comparar con otras las enseñanzas judeo-cristianas. Dicho esto este es el trabajo que quiero compartir con ustedes.
A varios gobernantes se les ha llamado Grande o Magno, como a Ciro el Grande, Alejandro Magno y Carlomagno, a quien se llamó “el Grande” aun mientras vivía. Por su imponente presencia, hombres como estos influyeron profundamente en los que fueron sus súbditos.
Es interesante el hecho de que el historiador H. G. Wells describió cómo mediría él la grandeza de un hombre. Más de 50 años atrás escribió: “Para el historiador, en esto consiste la prueba de la grandeza de alguien: ‘¿Qué dejó plantado para que se desarrollara? ¿Puso a los hombres a pensar en nuevas direcciones con un vigor que persistiera después?’”. Wells llegó a esta conclusión: “Si se aplica esta prueba, Jesús está en primer lugar”.
Sin embargo, algunos han presentado la objeción de que Jesús no es una persona histórica, sino un mito. Muchos, al otro extremo, han idolatrado a Jesús como si fuera Dios, y han dicho que Dios vino a la Tierra. No obstante, Wells, fundando sus conclusiones solo en la prueba histórica de la existencia de Jesús como hombre, escribió: “Es interesante y significativo el que un historiador, sin prejuicio teológico alguno, descubra que no puede describir el progreso de la humanidad honradamente sin dar un lugar de prominencia a un maestro pobre de Nazaret. [...] Un historiador como yo, que ni siquiera se llama cristiano, descubre que el cuadro va girando irresistiblemente en torno a la vida y al carácter de este hombre tan significativo”.
Pero ¿qué hay si alguien dijera que en realidad Jesús nunca existió, que, de hecho, fue un mito, una invención de hombres del primer siglo? ¿Qué respuesta darían a eso? Aunque Wells reconoce que “no sabemos todo lo que quisiéramos saber acerca de [Jesús]”, señala lo siguiente: “Los cuatro Evangelios [...] concuerdan en darnos un cuadro de una muy claramente definida personalidad; comunican la convicción de algo real. El suponer que él nunca vivió, que los relatos de su vida son invención, es más difícil y plantea muchos más problemas para el historiador que el aceptar como hecho los elementos esenciales de los relatos evangélicos”.
Ahora por el otro lado tenemos a Francisca Martín-Cano Abreu, ingeniera técnica industrial, escritora, escultora y arqueo astrónoma recoge en su bitácora no sólo los razonamientos sobre la apropiación por parte del cristianismo de creencias de religiones agrícolas anteriores sino las ausencias de pruebas que sostengan el mito de Jesús como personaje real.
Dice ella que hoy sabemos que no existe ninguna evidencia histórica que apoye lo que relatan los evangelios, [éstos son] la única fuente que da existencia real humana a Jesús, y que la celebración del nacimiento de Jesús es una fiesta imitada por los evangelistas apropiándose de una tradición anterior al invento de la religión cristiana, en la que se celebraba el nacimiento de un Ser de una Madre virginal y en la que se intercambiaban regalos. Son muchos los autores que no consideran personaje histórico a Jesús.
Bueno esas son las ideas encontradas sobre este aspecto, analizando el tema diríamos que todas las leyendas o mitos tienen algo de verdad, y aunque los evangelistas pudieron ser parte
interesada (ya que ellos eran cristianos) solo porque es la única fuente histórica de la presencia de Jesús en la tierra no necesariamente eso lo hace un mentira, ahora tomando en cuenta el nacimiento de Jesús, ahí si tenemos que dar un punto a los adeptos de historias conspiratorias, en ningún lugar de la biblia habla que los magos eran reyes, no indican que se llamaban Melchor, Gaspar y Baltazar y ni siquiera dice si fueron tres, cuatro o cien, todo eso que nos enseñaron en nuestra tierna infancia es una invención.
El historiador Will Durant dice: “El que unos pocos hombres sencillos [que se llamaron cristianos] hubiesen podido, en una generación, haber inventado una personalidad tan poderosa y atractiva, una ética tan elevada y una concepción tan confortadora de la hermandad humana, sería un milagro mucho más increíble que cualquiera de los consignados en los Evangelios”.
Esta reflexión nos lleva a pensar de este modo: ¿Pudiera un personaje mítico —una persona que en realidad nunca hubiera existido— haber afectado tan notablemente la historia humana? La obra de consulta The Historians’ History of the World (La historia universal vista por historiadores) declaró: “El resultado histórico de las actividades [de Jesús] sobrepasó en importancia, hasta desde un punto de vista estrictamente seglar, los hechos de todo otro personaje histórico. Partamos que hasta algunos calendarios de hoy día se basan en el año en que supuestamente nació Jesús.
Aquellos que defienden la idea que jamás existió dicen: No hay ningún texto contemporáneo a la época de Jesús que hable sobre él, ningún registro, ningún dato que apoye su existencia o los acontecimientos que se narran en los evangelios respecto a su vida, Jesús está misteriosamente ausente de las fuentes clásicas (gracias a las cuales sabemos casi todo lo que se hacia en la época de Jesús). No hay nada de Jesús ni en Séneca (que murió en el 66 d.C.). ni en Petronio ni Lucano (muertos en el 65 d.C.), ni en Plinio el Viejo (fallecido 79 d.C.), ni en Plutarco (45-125 d.C.), ni en Quintiliano (65-95 d.C.), ni siquiera en el alejandrino Filón (muerto en el 54 d.C.), Alvar Gosp, que ha investigado al respecto, cita a varios autores, entre ellos a Timothy Freke, que afirma que tanto Filón, eminente autor judío que escribió unas cincuenta obras de Historia y filosofía hace menos de 2000 años, como su contemporáneo Justo de Tiberíades que escribió una historia desde Moisés, no mencionan a Jesús.
A favor de la existencia de Jesús se indica que aunque son pocas las referencias a Jesucristo por historiadores seglares de la antigüedad, esas referencias existen. Tácito, nacido hacia el 55 d.C. y considerado uno de los mejores historiadores del mundo, mencionó a los cristianos en su obra Anales. En el relato acerca de la ocasión en que Nerón acusó a los cristianos del gran incendio de Roma del año 64 d.C., escribió: “Nerón presentó como culpables y sometió a los más rebuscados tormentos a los que el vulgo llamaba cristianos, aborrecidos por sus ignominias. Aquel de quien tomaban nombre, Cristo, había sido ejecutado en el reinado de Tiberio por el procurador Poncio Pilato”.
Otro escritor que hizo comentarios respecto a los seguidores de Jesús fue Plinio el Joven, el gobernador de Bitinia. Cerca del año 111 d.C., Plinio escribió al emperador Trajano para preguntarle cómo tratar con los cristianos, y le señaló que los acusados falsamente de ser cristianos demostraban que no lo eran al repetir una invocación a los dioses y adorar la estatua de Trajano, “cosas todas que”, según indicó Plinio, era “imposible forzar a hacer a los que son de verdad cristianos”. Esto da testimonio de que Cristo realmente existió y de que sus seguidores estaban dispuestos a sacrificar su vida por creer en él.
También Flavio Josefo, fariseo e historiador judío del siglo primero, se refirió a Jesucristo en su obra Antigüedades Judías. Josefo afirmó: “[Anán, el sumo sacerdote] reunió el sanedrín. Llamó a juicio al hermano de Jesús que se llamó Cristo; su nombre era Jacobo” (Antigüedades Judías, libro XX, cap. IX, sec. 1).
En la vereda de enfrente tenemos lo siguiente, la cita a Jesús que se encuentra en la obra Antigüedades de los Judíos, del historiador judío Flavio Josefo, que ha sido considerada como prueba concluyente de su existencia, ha sido juzgada como fraude por filólogos, tras estudiar el estilo en que ha sido redactada. Han descubierto que es diferente al usado por Josefo, por lo que llegan a la conclusión de que fue añadida posteriormente. Y probaría que no estaba en el escrito original los estudios de Orígenes del siglo III, considerado un concienzudo investigador por la iglesia, que afirmaba que Josefo no citaba a Jesús y que no creía en ninguna figura mesiánica judía.
HH.·. todos; si bien, es cierto que no existe mucha documentación secular sobre la presencia de Jesús en la tierra, no creo que esto signifique que el no haya existido, como en un pasaje anterior se dijo: nosotros conocemos la historia antigua basado en
los relatos de griegos y romanos, sinceramente no creo que estos grandes personajes historiadores pertenecientes a las civilizaciones más grandes y poderosas de la antigüedad se preocuparan siquiera, de escribir sobre un pueblo tan poco importante para ellos. Trayendo esto a nuestros tiempos y salvando las diferencias de acceso a la información, globalización, etc. etc. sería como que CNN cubriera el lanzamiento de un partido político en el distrito de Chore.
Como conclusión, quisiera exponerles lo que creo, creo que Jesús existió, creo que fue una persona carismática e influyente en su pueblo, ahora que haya sido o no el Hijo de Dios hecho hombre y haya realizado todo lo que los evangelios dicen que hizo, ya es tema para otra plancha.


LIBERTAD IGUALDAD FRATERNIDAD


M.·. M.·. Mitatrón
Aug.·. y Resp.·. Log.·. Renacer Nº 2
Resp.·, Log.·. Apocalipsis Nº 4

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