Frase del día

lunes, 3 de diciembre de 2012

Artes Adivinatorias

A.·.L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.

Valle de Asunción, 10 de enero de 2012 e.·.v.·.
V.·. M.·.
1ER.·.VIG.·.
2DO.·.VIG.·.
QQ.·.HH.·.

Título: Artes adivinatorias

En esta plancha voy a tratar de dar un visión general acerca de algunas artes adivinatorias, empezando por la más antigua de todas, la astrología.
La Astrología es la ciencia que estudia la influencia que ejercen los planetas y las estrellas sobre los hombres, ya sea sobre su destino, carácter y salud... Así como sobre los acontecimientos en el plano colectivo: política, economía, épocas de guerra y paz, estado del tiempo, etc...
La Astrología es la ciencia más antigua; madre de la Astronomía y de la Meteorología. La Astrología Hindú nos dice que alcanzó su máximo esplendor, hace unos doscientos mil años. Todas las razas y países practicaron esta ciencia: caldeos, egipcios, hindúes, griegos, chinos, árabes, romanos... En Europa, su florecimiento tuvo lugar durante los siglos XIV y XV, pero el Cristianismo, a través de la Inquisición, desprestigió la, hasta entonces, más antigua ciencia.
La Astrología se divide en varias ramas, según para qué utilicemos la misma. Dichas ramas son: Geocéntrica, Heliocéntrica, Natal o Genetlíaca, Horaria, Eleccional, Mundana o Judicial, Médica, Meteorológica, Agrícola, Lunar, Solar, Predictiva, Natural, Uraniana y Topocéntrica.La base de los estudios científicos proseguidos en los templos antiguos, egipcios, caldeos, chinos, etc..., era el estudio del cielo. El cielo se convierte así en el conservatorio del verbo, y si todos los monumentos intelectuales de la Tierra fuesen destruidos, bastaría reemprender el estudio sistemático del cielo
para reconstruir los Principios de construcción. Así pues, es necesario conocer bien los elementos primarios de la astrología para estudiar fructíferamente la magia, la alquimia, la mitología y la clave de los mitos sagrados.
Un análisis astrológico es comparable a un análisis psicológico, pero con la ventaja de emplear un método que se ha comprobado durante miles de años y que, en esencia, no ha cambiado desde sus inicios. No es un método especulativo, como la psicología moderna, que cambia con el tiempo según los cambios en la sociedad humana, sino un lenguaje cósmico que se refiere a la esencia de la naturaleza humana y que siempre permanece igual a pesar de las alteraciones que puedan experimentan las civilizaciones y culturas de
nuestro planeta.
La carta astral es un mapa del cielo tal y como lo vería un recién nacido desde su cuna, excepto que también incluye la mitad invisible del cosmos que quedaría por debajo del horizonte. Simbólicamente, el círculo central del mapa representa la Tierra, donde nos encontramos nosotros. A nuestro alrededor, los doce signos del zodiaco forman una banda circular a lo largo de la eclíptica, ocupando cada uno un espacio fijo de 30 grados. Dentro de este espacio se mueven los planetas, pasando, a distintas velocidades, de un signo al siguiente en circuitos ininterrumpidos. El Ascendente, simultáneamente, señala el signo que corresponde a la Casa 1. A partir de allí, el horóscopo se divide en doce segmentos, llamados casas, que corresponden a las diferentes esferas de la vida cotidiana.
La carta astral se puede también entender como un mapa de la situación kármica del alma. La ley universal del karma dicta que cada acción tiene su reacción, y los planetas pueden considerarse como las manos de un complejo reloj cósmico que nos indica «la hora kármica». Así pues, el horóscopo es una representación simbólica de la suma de nuestras actividades pasadas que forman la base de la existencia física y psíquica actual. Un análisis de la situación astral revela los puntos fuertes y débiles en la encarnación actual y nos puede ayudar a ver donde darán frutos fácilmente nuestros esfuerzos y en qué aspectos hay que cultivar tolerancia y paciencia para superar con éxito las dificultades, las tensiones y los obstáculos. No obstante, debemos siempre recordar que los planetas inclinan, no obligan. Un análisis astrológico puede tener  diferentes aplicaciones. En primer lugar, es un método para profundizar el conocimiento sobre nuestro propio cuerpo sutil, nuestra psique. A veces nos sorprende cómo nos comportamos o la manera en que reaccionamos, o nos cuesta aceptar un rasgo de nuestro carácter que no parece estar de acuerdo con la imagen que tenemos de nosotros mismos. Una consulta astro-psicológica puede iluminar esos fenómenos y aclarar aparentes contradicciones.
Mediante el análisis de los tránsitos durante un periodo determinado, podemos apreciar las influencias planetarias que nos afectan positiva o negativamente y prepararnos para ello.
Otra aplicación es averiguar el grado de compatibilidad con otra persona, especialmente cuando tenemos una relación íntima con ella, como puede ser el caso de un cónyuge o un hijo. A través de la astrología podemos apreciar cómo fluyen las energías entre nosotros: cuáles son las áreas donde existe un flujo armonioso y productivo, y en qué aspectos las energías interfieren, causando tensión y frustración.
Las aplicaciones del conocimiento astrológico son muy variadas y dependen de las necesidades de cada uno.







 La quiromancia: El origen de la Quiromancia no está muy claro, sin embargo, ya los antiguos caldeos, asirios, babilónicos y egipcios la practicaban mediante el estudio de las líneas de la mano. No obstante, hay indicios de que al parecer los hindúes y los chinos, desde hace más de cuatro milenios, fueron los primeros practicantes de la Quiromancia y posteriormente, por diversos contactos con grandes civilizaciones como el Imperio Romano, se fue extendiendo por Occidente.
Durante el siglo XVII, la Quiromancia tuvo un gran prestigio y respeto académico, hasta el punto que formó parte de los planes de estudio en prestigiosas universidades de Alemania. Por el contrario, en otros lugares de Europa no pasaba lo mismo, en Inglaterra estaba prohibida la lectura de las manos por creerla brujería, aún así, la Quiromancia siguió su propagación, lográndose estudiar más a fondo la morfología de la mano, analizando con detalle todos los aspectos que, por medio de una investigación precisa, se fueron  descubriendo y clasificando, lo cual ayudó a su consolidación y especialización hasta el presente.
Se le concedió gran importancia a los dedos de las manos. Se estableció la distinción entre la mano derecha y la izquierda, en el sentido que en la mano izquierda, ya que trabaja y desgasta menos que la mano derecha, las líneas aparecen con mayor claridad.
Se acordó, entonces, que la mano izquierda contenía impreso el destino que las estrellas conferían a la persona en el momento de su nacimiento; que los pliegues y músculos de las manos eran las representaciones de las cualidades físicas, psíquicas y espirituales de la persona; que esta ciencia tenía relación directa con otras ciencias como la Medicina y la Biología. Se diseñó un mapa de la mano que se hizo clásico y que, con algunas variantes, siguen y consultan todos los quiromantes del mundo.

 El Tarot: El Tarot ó Libro de Thot fue en su origen el libro sagrado de los antiguos egipcios. Los temas que con mayor frecuencia fueron estudiados por los sacerdotes egipcios eran los relacionados a las cosas del espíritu.
El libro estaba compuesto por símbolos y jeroglíficos y fue finalmente hecho en 78 láminas de oro puro, y en el estaba contenida "aquella cosa que da conocimiento a todo lo demás".
Así encontramos una verdadera conexión con la pirámide de Keops ó la gran pirámide, con las escuelas de iniciación y herméticas antiguas, con la astrología, la numerología y con todo lo relacionado al espíritu y al
subconsciente y de manera muy notable con la Biblia, además de los libros sagrados de las mas importantes religiones.
En el siglo XVIII, ocultistas y los historiadores prestaron atención aquel conjunto de 78 láminas que formaban el Tarot. Court de Gébelin, quien lo descubrió en las prácticas populares, explica que sus orígenes habría que buscarlo en la antigua religión del valle del Nilo y ver en los arcanos representaciones simbólicas de misterios, que se correspondían con la iniciación hermética del antiguo Egipto.
Los ocultistas del siglo XIX, Eliphas levi y Papus, continuaron las ideas de Gébelin y dieron una traducción adivinatoria y teosófica del Tarot. Establecieron un lazo entre los veintidós arcanos mayores y las veintidós letras del alfabeto hebreo, y aplicaron al Tarot las especulaciones de la cábala.
Las 78 láminas o Arcanos del Tarot, que se subdividen en 3 grupos de la siguiente manera: El primer grupo está formado por cuarentas cartas denominadas "Los Arcanos Menores"; el segundo está compuesto de dieciséis láminas llamadas "Cartas de la Corte"; Y el tercero por veintidós ilustraciones conocidas como "Los Arcanos Mayores". Los 22 Arcanos mayores y los 56 Arcanos menores. Cada uno de los Arcanos mayores es la representación de un personaje o una escena simbólica. En la parte superior de la lámina, un
cuadro contiene el número ordinal de la carta, en la parte inferior un cuadro idéntico lleva el nombre del Arcano.
Hay que subrayar dos singularidades:
  1. La lámina trece, denominada la Muerte, no tiene ni cuadro inferior ni denominación escrita. 
  2. La lámina del Loco no posee número, no obstante el cuadro superior indica su número ordinal. Algunos ocultistas le denominan como el Arcano XXII y otros el Arcano 0.
Los 56 Arcanos menores se dividen en cuatro grupos de 14 cartas. Estas cuatro series son: los Bastos, las Copas, las Espadas y los Oros. Cada serie se compone de cuatro personajes: el Rey, la Reina, el Caballero y el paje o Sota; y de diez cartas numeradas desde el as al diez.
La lectura de las cartas se recomienda hacerla en relación unas con otras, y no aisladamente. En la lectura del Tarot nada debe considerarse como "fijo". Una carta que en determinadas temas nos dice una cosa, y en otros temas y otras circunstancias nos dirá otra cosa.
Numerología: Los comienzos de la numerología se pierden en la noche de los tiempos. Existen escritos que la mencionan en casi todas las civilizaciones antiguas, y se sabe que su paso al mundo occidental se debe al gran matemático y filósofo griego Pitágoras que vivió en el siglo VI A.D. Pitágoras trajo este conocimiento desde Oriente, posiblemente desde el Asia Central.
Pitágoras y sus seguidores explicaban que existía un orden numérico en todo lo que existe en el universo y eso lo hacía perfecto: el mismo destino estaba escrito en nuestro nombre y fecha de nacimiento, y que en él estaba la información sobre nuestro porvenir. Explicaba además que del mismo modo en que transcurrían las estaciones, la vida humana estaba marcada por ciclos que estaban en una escala del uno al nueve. La habilidad humana era saber situarse según en el tiempo en que se esté, conociendo las ventajas y desventajas del mismo. Sabemos además que Pitágoras hizo muchos viajes a Oriente en busca del Conocimiento Superior, y que a su regreso fundó numerosas hermandades entre las que, entre otras disciplinas se enseñaba la numerología en relación al comportamiento y las vivencias humanas.

 La numerología va más allá que algunas artes adivinatorias, porque aparte de posibilitar una lectura de carácter y personalidad increíblemente exacta, nos enseña a usar las vibraciones numéricas para cambiar los aspectos más conflictivos de nuestra personalidad y nuestro destino de acuerdo a las vibraciones que aparecen en nuestro cuadro numerológico. Nos enseña a actuar en los momentos más apropiados para aprovechar las vibraciones positivas, y a moderar nuestras actividades cuando las vibraciones no son
propicias. En otras palabras, nos enseña a sintonizar nuestras vibraciones con el ritmo cósmico, y a vibrar en armonía con el Infinito.
El símbolo de los números aparece tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento y los textos bíblicos de Ezra, Ezequiel y Enoch contienen revelaciones sobre el Conocimiento Secreto y el significado místico de los números y las letras.


LIBERTAD      IGUALDAD      FRATERNIDAD


M.·. M.·. Mitatron
Aug.·. y Resp.·. Log.·. Renacer Nº 2
Aug.·. y Resp.·. Tri.·. Apocalipsis Nº 4

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